CONSTITUCIONES DEL HOSPITAL DE SANTA CRUZ DE NIÑOS EXPOSITOS DE LA CIUDAD DE TOLEDO (19 de abril de 1763)
El Hospital de Santa Cruz de niños expósitos (hoy Museo de Santa Cruz) fue fundado por el Cardenal don Pedro González de Mendoza, Arzobispo de Toledo, para el acogimiento de niños expósitos en el siglo XV. Su testamento fundacional de 1494 se custodia en este Archivo. Es el antecedente del Hospicio, Inclusa, agrupados bajo la denominación de Establecimientos Reunidos de la Beneficencia Provincial.
Bajo título “Constituciones” se describen y tratan las normas y reglas mediante las que se regirá y administrará el Hospital, su funcionamiento, de los diferentes oficios (administrador, rector, amas, maestros, capellanes y sacristanes, médicos…), el trato que se ha de dar a los niños y niñas desde que llegan hasta su salida, de la distribución de su tiempo en días de trabajo y de fiesta, de sus nombres y apellidos, tiempos de lactancias y destetes…
Las primeras Constituciones datan del año 1499, modificadas en 1517, “…las quales son fechas por los muy Reverendos señores deán y cabildo de la dicha sancta iglesia de Toledo, patrones protectores y gobernadores de el dicho hospital y por el reverendo señor don Alonso Yañez, capiscol y canónigo en la dicha sancta iglesia de Toledo prothonotario apostólico …”.
En este caso, exponemos las últimas Constituciones de Hospital, de 25 de Junio de 1739, aunque el texto finaliza con un edicto de fecha 19 de abril de 1763, en el que se resuelven diferentes cuestiones sobre asuntos como el enterramiento de los niños, problemas con las amas que crían a los niños y “cometen muchos fraudes” y una serie de Providencias, Adiciones y Declaraciones para el mejor control de las condiciones externas de los niños expósitos. En total son 46 constituciones y el añadido del citado edicto, todo precedido de la cédula real del Rey Carlos III para hacer ver y solucionar cuestiones relativas a las condiciones en que llegaban los niños al hospital y los métodos poco adecuados utilizados. Estas Constituciones permanecieron vigentes hasta mediados del siglo XIX.