Iglesia de Nuestra Sra. de Piedraescrita
Tiene forma rectangular y está hecha a base de lajas de pizarra, revocadas por su exterior. El pórtico de entrada, también rectangular, se encuentra cerrado por ambos costados y con un arco de medio punto en su frente, sobre el que se aprecian algunos azulejos que debieron formar un adorno mayor. Desde el pórtico cuatro escalones descendentes llevan al solado interior, hundido un metro bajo el nivel del terreno exterior por este lado, y a 1,70 m más bajo por el lado opuesto.
El interior está dividido en tres naves por seis pilastras, tres de cada lado, de fábrica, revocadas y matados sus ángulos. Al comienzo de cada nave hay, uno a cada lado, dos altares de fábrica revestidos de cerámica, y en el centro del testero se abre una pequeña capilla absidal, de planta octogonal por el exterior y de herradura por su cara interna. Tiene sobre el hastial opuesto al ábside una espadaña barroca tardía, probablemente del S. XVIII, con huecos para tres campanas y coronada por veleta y cruz de hierro. La decoración interior se aprecia en todos sus paramentos, excepto en el del coro. Están revestidos con valiosos paneles de cerámica talaverana, de fines del S. XVI en el testero, y de mediados del S. XVII el resto. Se encuentran representaciones de escenas del Nuevo Testamento; de un excelente San Cristóbal con el Niño; guerreros con arcabuces muy parecido al tan famoso del pórtico de la ermita del Prado, en Talavera de la Reina. Separan y enmarcan los diversos paneles hileras de azulejos con querubines, en las hiladas horizontales; las verticales representan balaustres, entrelazos y otros adornos que separan las diversas escenas evangélicas. En la capilla absidal hay en cerámica también un Juicio Final presidido por el Padre Eterno, a cuya derecha encabeza a las bienaventurada y a la izquierda Cristo inicia a los varones elegidos. Bajo ambas series hay escenas de la Resurrección, con cierro sabor del Bosco, al pie de todo ello, los condenados.